lunes, 28 de junio de 2010

sábado, 26 de junio de 2010

cosas importantes 2

es importantísimo hacer caso al intendente.

martes, 22 de junio de 2010

Escribir a máquina 1

corto y pego un fragmento que encontré por ahí, en un sitio por demás recomendable para los amantes de la música. les dejo el enlace: http://arconderecuerdos.blogspot.com/search/label/Frank%20Zappa. escribe Frank Zappa

Del capítulo "Todo sobre música" de The Real Frank Zappa Book (1989), p. 172-173
La Machine

La mayoría de mis composiciones hoy en día están escritas con o interpretadas por una máquina: un instrumento musical computerizado llamado Synclavier. Me permite crear y grabar un tipo de música que es imposible (o demasiado aburrida) de tocar por seres humanos.
Cuando digo demasiado aburrida, quiero decir que en la mayoría de las composiciones, alguien tiene que tocar las cosas de la base. Si has estado alguna vez en una banda o sabes algo sobre músicos, sabrás que a ningún músico le ha gustado nunca tocar la parte de la base. Su mente divaga.
Mucha de la música de hoy en día implica una línea de bajo tipo ostinato o algún otro tipo de figura repetitiva, y si la figura no se toca con precisión y con convicción, lo que se le ponga por encima no funcionará. Para conservar la salud mental de los músicos que no pueden mantener sus mentes enfocadas cuando se les asignan tareas de acompañamiento, esta máquina tocará ostinatos --alegremente-- hasta ponerse morada (excepto que nunca se pone morada).
Cualquier cosa que puedas soñar se puede escribir o interpretar con el Synclavier. Para una de las cosas que lo utilizo es para escribir bloques de ritmos complicados, y hacer que sean ejectuados con precisión por grupos de instrumentos. Con el Synclavier, se puede invitar a cualquier grupo de instrumentos imaginarios a tocar los pasajes más difíciles, y los 'tipos pequeños de dentro de la máquina' los tocarán con una precisión de un milisegundo. Cada vez.
El Synclavier permite al compositor no sólo conseguir que su pieza sea interpretada con precisión, sino darle estilo a la interpretación también: puede ser su propio director, controlando la dinámica o cualesquiera otros parámetros de la interpretación. Puede llevar su idea al público de una forma pura, permitiéndole escuchar la música, en lugar de los problemas de ego de un grupo de intérpretes a los que les importa una mierda la composición.
Obviamente, hay cosas que puedes hacer con los músicos en vivo que no puedes hacer con el Synclavier, y viceversa. Yo los veo como dos medios separados.
Algunas de las cosas que hacen los músicos en vivo que las máquinas no hacen son buenas, y otras son malas. Una de las cosas buenas que hacen los músicos en vivo es improvisar. Responden al momento, y pueden tocar más expresivamente que la máquina. (La máquina no carece de expresión, pero en realidad tengo que teclear un montón de números en ella para aproximarme al tipo de expresión que puedo conseguir instantáneamente con un grupo en vivo bien ensayado.)
Pero los músicos tienden a ser vagos, y se ponen enfermos y se saltan los ensayos. De hecho, hacen el tipo de cosas que el resto de la gente hace en sus trabajos normales. Si estuvieran trabajando en una fábrica de cordones de zapatos, no sería tan diferente. En un concierto en vivo, todo es presión, porque con todo lo que cuentas para trabajar es ese único trozo de tiempo de dos horas en vivo.
Las máquinas no se colocan, ni se emborrachan, ni las desahucian y no necesitan ayuda para llevar a sus familias por ahí en situaciones de 'emergencia'. Por otro lado, las máquinas no deciden decir cosas como "Somos Beatriz" precisamente en el lugar 'equivocado' en medio de una canción, haciendo reír a la gente (una de las especialidades de Ike Willis). Dejando de lado las gilipolleces y los errores, si tuviera que elegir entre los músicos en vivo y La Machine, debo admitir, que de vez en cuando casi estoy tentado de optar por el "elemento humano".